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quarta-feira, 23 de abril de 2008

Libertad de prensa o corporativismo?

Esto escribió el diario LA NACIÓN en uno de sus editoriales, el 22 de abril:

Las autoridades de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires han cometido una evidente equivocación al lanzarse a opinar públicamente sobre el mayor o menor acierto con que los medios periodísticos del país han cubierto la información relativa al conflicto entre el campo y el gobierno nacional. Al proceder de ese modo, quienes conducen los destinos de esa casa de altos estudios han demostrado un preocupante desconocimiento del respeto que debe inspirar a los órganos del Estado la misión del periodismo independiente en un país comprometido con la causa de la democracia y con el respaldo irrestricto a las libertades de pensamiento y de expresión. Es desalentador que la institución educativa consagrada a la tarea de formar a los futuros profesionales del periodismo se haya sometido en este caso tan rígidamente a los deseos y a las instrucciones de un gobierno cuya tendencia al autoritarismo y a la intolerancia es sobradamente conocida.


La Facultad de Ciencias Sociales de la UBA ha desmentido, así, la tradición de independencia que fue, en todas las épocas, uno de los honrosos y frecuentes timbres de honor de las universidades públicas argentinas. Desde los días memorables de la Reforma Universitaria de 1918, los claustros universitarios de nuestro país se han mantenido a saludable distancia de los sectores del poder político y han rechazado las directivas -muchas veces unilaterales y arbitrarias- que los sucesivos gobiernos pretendieron imponerles. Si se repasa la historia política del país, se advierte que nada distinguió tan claramente a nuestras universidades públicas como la dignidad y la firmeza con que supieron casi siempre enfrentar a los sucesivos gobiernos autoritarios que gobernaron a la Nación con intenciones hegemónicas, tanto a los que poseían legitimidad popular como a los que provenían de golpes militares.

Faltan a la verdad los que aseguran que la información surgida de los órganos periodísticos en la cuestión agropecuaria se ajustó, en estos días, a un discurso único o a un interés uniforme vinculado con un determinado sector económico. De ninguna manera fue así. Tanto en la prensa gráfica como en el periodismo electrónico, unos medios adoptaron una postura decididamente coincidente con la del Gobierno y otros se identificaron, en cambio, con la posición defendida por el sector rural. Y eso es justamente lo que cabe esperar de un periodismo independiente en el que están representadas las más diversas corrientes y los más diferentes matices de opinión.

La libertad de prensa se define, más que nada, por la multiplicidad y variedad de opiniones y criterios que aparecen reflejados en las columnas de los distintos medios. Una sociedad en la cual los organismos dependientes del Gobierno interfieren en los debates informativos a fin de asegurar una versión de los hechos que conforme y satisfaga a quienes ostentan el poder político contradice abiertamente los principios de libertad y pluralismo que exige la democracia. El Estado no debe reprobar ni aplaudir a los medios del periodismo independiente: su misión es aceptar la pluralidad de informaciones y opiniones que conviven en la sociedad y que se expresan a través de los diferentes órganos de prensa. No corresponde que el Estado -ya lo dijimos otras veces en esta columna- establezca mecanismos de seguimiento y vigilancia de los medios periodísticos, tendientes a controlarlos o a refutar sistemáticamente sus prédicas o sus puntos de vista. Pero menos aún corresponde que esa función sea cumplida por una Facultad de Ciencias Sociales que tiene la importante obligación de formar a los futuros hombres de prensa y que debería abstenerse, por lo tanto, de intervenir en los debates relativos a las cuestiones mediáticas y políticas más candentes de la actualidad. La misión de esa facultad es otra. Su deber es impartir la formación cultural y profesional de quienes aspiran a adquirir conocimientos en materia de comunicación social, estimulando en todos los casos la diversidad y el pluralismo informativo. De ningún modo es deseable que el Estado aliente políticas favorables a la imposición de controles informativos directos o indirectos y mucho menos que dedique a esos menesteres a sus facultades de periodismo y ciencias sociales.

Esto pienso yo (y envié al Correo de Lectores):

Ilustrar al pueblo es enseñarle públicamente sus deberes y derechos frente al Estado al que pertenece”, afirma Kant en El Conflicto de las Facultades, refiriéndose al papel de los sabios y estudiosos en una sociedad. Esta ilustración se dará por lo que el filósofo, fundador del pensamiento moderno, irá a llamar “uso público de la razón”. Que no es sino el libre y público debate de ideas entre los esclarecidos, para beneficio de todos.

Basta leer el estatuto vigente para entender que la misión de la UBA no se limita, como afirma la columna editorial del 22 de abril, “Dirigismo Periodístico”, a “impartir formación cultural y profesional”. El pensamiento crítico sobre temas de la sociedad es, también su papel esencial. Cito el Artículo VI de ese estatuto: “la universidad estudia y expone objetivamente sus conclusiones sobre los problemas nacionales”. ( El estatuto está disponible en http://www.uba.ar/download/institucional/uba/9-32.pdf )

Se equivoca LA NACIÓN al exigir que callen los estudiantes y profesores de comunicación de una de las más prestigiosas instituciones del país. Reclamar silencio a quienes critican la acción de los medios es una forma peligrosa de corporativismo, que no defiende sino que amenaza el derecho de expresión, el aliento al debate de ideas, tan necesario en el momento que atraviesa el país.

Cierta elite periodística se embandera en la defensa de un derecho n menos irrestricto que exclusivo para opinar sobre algunos temas –en este caso, su propia acción. Que la facultad de comunicación de una universidad, actuando de manera legítima dentro de lo que sus estatutos mandan, sea crítica del modelo es presentado como un atentado a la libertad de prensa, una manifestación de “dirigismo periodístico”. (Dirigismo de quién? Qué quiere decir con eso? )

Así, según piensa LA NACIÓN, la “multiplicidad y variedad de opiniones” sólo es válida si aparece reflejada “en las columnas de los distintos medios”. Es decir: dentro de los medios, es libertad. Fuera de los medios, no. El concepto se repite, en formas diferentes: “su misión (la del Estado) es aceptar la pluralidad de informaciones y opiniones que conviven en la sociedad y que se expresan a través de los diferentes órganos de prensa”. Libertad, desde que sea dentro de los medios.

El poder sin contrapoder, como lo bautizó Ignacio Ramonet, no acepta críticas ni cuestionamientos y, más grave aún, se postula como detentor exclusivo del derecho a opinar, a expresarse, a criticar.

Para ser dueño de un diario (o de una red de televisión, o de una editorial de revistas) hacen falta algunos millones de dólares: fortuna personal, créditos bancarios, aportes de capital son los caminos para llegar a constituir un medio de comunicación. No es por acaso que en toma América latina está en cuestión el papel de la prensa como actor político y económico: son muy pocas familias las que detienen la facultad de ejercer esta libertad. Y, a diferencia de los gobernantes, a ellos no se les vence el mandato.

Que los medios representan a uno o a algunos sectores de la sociedad, y no a todos los sectores, es un hecho difícilmente discutible: son los dueños de los medios, ejerciendo el poder que la propiedad les otorga, los que deciden sobre la línea editorial a seguir. Difícilmente apoyarían (no lo hacen) posturas que pueden representar alguna amenaza al status quo que los mantiene en un lugar de poder. Es humano y es legítimo, pero se torna ilegítimo cuando este interés particular o sectorial se viste con las ropas del bien común, transformando cualquier crítica en ataque a la libertad de prensa.

Callar a los que opinan diferente de nosotros no le hace bien al país. Si LA NACIÓN considera equivocadas las críticas presentadas por la UBA están a su disposición los medios para contestarlas. Eso es saludable.

Soy periodista y creo en las bondades de la libertad de expresión casi irrestricta –el “casi” cabe porque no creo en una libertad irrestricta que permita que sus enemigos se alimenten de ella para destruirla. Pero este apoyo a la libertad de expresión y a la libertad de prensa como una de sus manifestaciones en particular (no es la única) no se hace sin crítica. Es un apoyo que exige una postura más honesta y más transparente de aquellos que por vocación, por talento y por delegación de la sociedad en la forma de mercado, diariamente hacen ejercicio de la delicada misión de buscar la verdad.




quarta-feira, 2 de abril de 2008

A descoberta da Classe C

A classe C brasileira está na moda -de novo. Veja deu capa e os jornais e revistas de negócios estão alvoroçados com a novidade: existe um pais oculto , e bons negócios para se fazer. Em 2003 fiz uma palestra sobre como fazer revistas populares para esse público: boa parte do que foi dito lá está valendo. Confira clicando aqui.

sábado, 15 de dezembro de 2007

No skills or talent? Come and join us

Do Peter Wilby, de The Guardian. Engraçada. E certeira...
(A coluna é muito boa, recomendo a leitura. Começa com uma bela análise de como se constrói um tirano. Clique aqui)

"I have often expressed the view that journalism needs a social class category all to itself. It is not a profession (no esoteric knowledge) nor a skill (many hacks, including me, don't have shorthand) nor a working-class occupation (no manual labour). I would call it unskilled middle class.

Now I discover that Matt Taibbi, Rolling Stone's star reporter, agrees, though he puts it more graphically than I've ever done. "If you have no real knowledge or skill set," he says in an interview, "and you're lazy and full of shit but you want to make a decent wage, then journalism's not a bad career option . . . I can't believe people actually go to journalism school. You can learn the entire thing in, like, three days."

Or, judging from the state of some newspapers, less."

sábado, 8 de dezembro de 2007

Lions For Lambs: Watergate no século XXI

Precisa se olhar por baixo da crítica mais evidente -que é quase banal. Há uma reflexão (ou a a possibilidade de se fazer uma) sobre assuntos que nos dizem respeito. Definindo esse "nos": nos jornalistas, nos intelectuais, nos seres pensantes, nos espíritos críticos...

É engraçado: Robert Redford pintou uma imagem heroica do jornalista engajado, quando Watergate. Muitos fomos à universidade sonhando com aquilo. Hoje, a visão é outra, bem menos heroica.

Os alunos que entram hoje na faculdade, ainda sonham em derrubar presidentes? Isso seria bom? Quanto mal fez aquela imagem do jornalista-heroi?

terça-feira, 13 de novembro de 2007

Todo mundo quer ser jornalista!

E os que não querem ser jornalistas, querem ser publicitários...

A Fuvest divulgou nesta segunda-feira a lista com a relação de candidato por vaga que farão vestibular para a USP. Jornalismo é o mais concorrido, com 41,63 pessoas para cada uma das 60 vagas. O segundo curso mais disputado é o de Publicidade e Propaganda, com 41,02 por vaga.

Mas este número engana: se trata de candidatos por vaga, e não de candidatos em termos absolutos. Na USP, o curso de Medicina, que está em 5º lugar na relação de candidatos por vaga, teve o maior número de inscrições: 12.973 candidatos. E antes de Jornalismo, em números absolutos, vêm, além de Medicina, Direito, Engenharia (na Poli), Letras, Administração, Oficial da Polícia, Engenharia (em São Carlos), Arquitetura e História.

Ou seja: por sorte nossa, há mais gente que quer ser médico, arquiteto ou engenheiro, do que jornalista (sorte em termos: há também mais gente que quer ser advogado e policial!).

Uma surpresa, para mim: o número de candidatos a Letras quase que dobra o do candidatos a Jornalismo. Mas, de novo: os números podem mentir. Para saber realmente quantas pessoas aspiram a ser jornalistas deveriamos olhar a soma das universidades e faculdades que oferecem o curso.

Vejam a tabela da Fuvest (publicada no site oficial)

Carreiras 2008 2007
Medicina e Ciências Médicas 12.973 12.341
Direito 11.309 10.022
Engenharia na Escola Politécnica e Computação 10.917 8.562
Letras 5.116 5.688
Administração 5.107 5.644
Oficial da Polícia Militar (masculino) 4.062 3.736
Engenharia – São Carlos 3.450 4.479
Arquitetura – FAU 2.560 2.428
História 2.557 2.933
Jornalismo 2.538 2.722

ET: contra os maldosos que acham que niguém quer ser filósofo: houve 1097 inscrições este ano, para 170 vagas. Isso dá 6.6 candidatos por vaga.

sábado, 18 de agosto de 2007

Íxion, Tântalo e as Danaides


"Todo QUERER nasce de uma necessidade, portanto de uma carência, logo, de um sofrimento. A satisfação põe um fim ao sofrimento; todavia, contra cada desejo satisfeito permanecem pelo menos dez que não o são. Ademais, a nossa cobiça dura muito, as nossas exigências não conhecem limites; a satisfação, ao contrário, é breve e módica. Mesmo a satisfação final é apenas aparente: o desejo satisfeito logo dá lugar a um novo: aquele é um erro conhecido, este um erro ainda desconhecido. Objeto algum alcançado pelo querer pode fornecer uma satisfação duradoura, sem fim, mas ela se assemelha sempre apenas a uma esmola atirada ao mendigo, que torna sua vida menos miserável hoje, para prolongar seu tormento amanhã. (...) O sujeito do querer, conseqüentemente, está sempre atado à roda de Íxion que não cessa de girar, está sempre enchendo os tonéis das Danaides, é o eternamente sedento Tântalo".

(Schopenhauer, A., O Mundo como Vontade e como Representação, I 231)

Íxion foi condenado, por seduzir Hera, esposa de Zeus, a girar eternamente numa roda flamejante. Tântalo, à sede e fome eternas: ele tenta alcançar os frutos de um galho que o vento sempre afasta. As Danaides devem encher com água tonéis que não têm fundo.

Qualquer semelhança com o destino da Humanidade não é mera coincidência. Qualquer referência à roda dos meios de comunicação-informação-entretenimento, também não.

Somos vítimas de esse castigo ou vitimários
? O ambas as duas coisas?

quinta-feira, 2 de agosto de 2007

Usar os recursos do meio

Internet não é uma revista na tela, não é um jornal atualizado em tempo real, não é TV no computador. É isso tudo, mais recursos novos que nós, jornalistas, precisamos aprender a usar. Um belo exemplo das possibilidades abertas é a animação do acidente da TAM feita pelo diário espanhol El País (veja aqui). UOL também fez uma reconstrução, que pode ser vista clicando aqui.
Outras simulações, no YouTube, clique aqui.

(Obrigado, Edson)