domingo, 5 de julho de 2009

Ya somos el olvido que seremos

Es un soneto enjuto. Su historia mezcla a Borges con una trama más latinoamericana. Un hombre asesinado en las calles de una ciudad colombiana, catorce versos manuscritos en las hojas manchadas de sangre que el hijo, escritor, le encuentra en un bolsillo. Tres iniciales, JLB, y una trama detectivesca que transcurre, entre acusaciones de plagio y encuentros secretos, en varias ciudades de Europa y de América.
Dice la nota en Clarín que la autoría ahora está probada. Reproducimos los versos. Deberían probarse ellos mismos?

Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres y que no veremos.
Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y del término, la caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los ritos de la muerte y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre;
pienso con esperanza en aquel hombre
que no sabrá que fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo
esta meditación es un consuelo.